Apología Terrorista, ¿Se volverá a repetir la historia?

Wilson Quispe Mayta*
Solo una década parece haber durado el cese de la violencia terrorista en el Perú, a vista de lo que viene ocurriendo en los últimos años. Muchos de los peruanos pensamos que el terrorismo estaba controlado, otros políticos decían que estos grupos fueron eliminados desde sus raíces, sin embargo en los últimos días hemos escuchado y leído noticias sobre el “resurgimiento del terrorismo”, si vale el término. La sorpresa, fue que estos no estaban controlados o eliminados al contrario se fortalecían, estos sucesos trajeron muchas preocupaciones en las altas esferas del gobierno y la sociedad civil, creando una psicosis social.
Pero todas estas apariciones no son de la noche a la mañana, sino que han crecido poco a poco, por ejemplo en el periodo de abril del año 2000 ha abril del 2006 fueron liberados más de 2,000 terroristas convictos y confesos. En la actualidad suman alrededor de 3,000; pero lo trágico es que se ha perdido el rastro, ya que muchos de ellos desarrollan en la clandestinidad trabajos políticos e ideológicos, forman células o captan nuevos adeptos.
Igualmente las últimas acciones de apología del terrorismo son preocupantes: una escuela de adoctrinamiento ideológico violentista en el penal de Canto Grande, docentes y autoridades de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos amenazados por alumnos de ideología senderista, el cabecilla terrorista Abimael Guzmán presenta un libro que hace una abierta apología del terrorismo. Por último, la conchudez a flor de piel, la ex número dos de PCP-SL Elena Iparraguirre, manifestó que su grupo pretende presentarse a las próximas elecciones, con su principal cabecilla Abimael Guzmán. También es preocupante que en el sistema educativo estén laborando 460 implicados en delitos de terrorismo que podrían influenciar ideológicamente a los estudiantes. Viendo estos sucesos, no traten de taparnos el sol con un dedo y decir que no pasa nada, que todo está controlado.
Para aquellos, que no hemos vivido esa época pero que hemos sufrido las consecuencias, y en donde estos grupos están buscando sus nuevos seguidores para continuar con sus anárquicos pensamientos, ¿vale la pena pensar igual que ellos?. La historia nos debe ayudar a juzgarlos, para quienes no toman conciencia de la magnitud de esta anomia social, resulta oportuno recordar que esta violencia armada interna que vivió el Perú durante los años de 1980 al 2000, generados por el Partido Comunista Sendero Luminoso (PCP-SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) contra el Estado peruano. Esta época para muchos expertos fue considerado como la mayor duración, impacto y costo, tanto humano como económico en la historia republicana del Perú.
El costo de las víctimas humanas según el reporte de la Comisión de la Verdad y Reconciliación en el informe final es aproximadamente de 69,280 personas[i] entre muertos y desaparecidos. Del total de estas víctimas, el PCP-SL causó el 54% de las víctimas fatales[ii], el MRTA es responsable de 1.8%[iii] y las Fuerzas Armadas[iv] del 37%, estas estadísticas nos ayudan a entender la crueldad con la que se vivió en esa época.
Como vemos no fue sólo un ataque contra las 69,280 víctimas; fue un ataque contra valores que amamos: la libertad, la democracia, el sistema de derecho y, por encima de todo, la humanidad. Pero ¿qué enseñanzas nos dejó esta época? ¿se volverá a repetirá la historia?, esperamos que no sea así, para no volver a ver estos sufrimientos, ¿Cuál es el rol del gobierno?, este debe enfrentar la apología terrorista de forma más decidida. Tiene que ser eliminada toda ideología terrorista por transgredir la democracia y el Estado de Derecho, debilitando los valores de la población y atentado contra el desarrollo de nuestra sociedad.



[i] Hatun Willakuy, Cap. I pág. 17
[ii] Hatun Willakuy, Cap. I pág. 18
[iii] Hatun Willakuy, Cap. II pág. 193   
[iv] Hatun Willakuy, Cap. I pág. 19

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