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¿Por qué Somos Quispe?

El día 20 de octubre del 2006, se presentó en el ICPNA de Miraflores el libro de Ramón Noriega, Somos Quispe, un libro que habla del Perú, de nuestra identidad y del sentido de la pertenencia a nuestra patria. A continuación el prologó del libro escrito por Danilo Sánchez Lihón, pero antes unos “luminosos fragmentos” :

“ ¿Por qué Somos Quispe? No solo porque más del 60% de los peruanos tienen como primer o segundo apellido Quispe, sino que Somos Quispe porque no hemos dejado que se apague el esplendor de nuestras cumbres tutelares ni dejen de espejear su luz bienhechora ni ayer, ni hoy ni mañana…”
“Quispe es el Dios mendigo deambulando por las calles de nuestras ciudades estupefactas”
“Quispe significa luz, brillo y fulgor, como Huamán divinidad”
“Quispe entonces es tener luz propia, talento y fuerza mental”

“Ya María Rostworowski ha demostrado cómo en la festividad del Señor de los Milagros está implícito el culto a Pachacámac, la divinidad principal del panteón indígena, que se grafica incluso en el nombre con que lo identificamos a la imagen que cada octubre de todos los años es acompañada por multitudes llenando plazas y avenidas de Lima, y no solo eso sino que ahora sus procesiones congestiona el tránsito en las principales ciudades del mundo. ¿Quien es el Cristo de Pachacamilla? ¡Pachacámac! “

A la cultura Incaica  “Se la ha tratado de medir con parámetros europeos para sostener que estaba en un grado de menor desarrollo y hasta en estado salvaje por su desconocimiento de la escritura y otros aparentes adelantos. Es cierto, no conocían ni la rueda, ni la pólvora ni la escritura. Pero es que no la necesitaban. ¿Cómo aplicar una rueda en un territorio accidentado? ¿Para qué la pólvora cuando era una cultura de paz? ¿Para qué la escritura cuando la oralidad que cultivaron era perfecta?

En cambio, si medimos el grado de desarrollo por su organización, los fines que pudieron concretar y las obras de ingeniería que aquí ejecutaron, por sus valores absolutamente no hay término de comparación y la cultura andina resulta hasta utópica. Porque en el mundo andino no había hambruna, pestes ni desocupación. No había desorganización. Eran sociedades en comunión con la naturaleza y consigo mismas. Y era el trabajo que compartían la verdadera alegría y la verdadera fiesta.”
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Somos Quispe  “Es resarcir lo maltratado y menospreciado hasta ahora, negado por los demás y hasta por nosotros mismos. He allí el carácter reivindicador de este anuncio y de este edicto que iza una bandera que expresa que la recuperación ha llegado y la hace flamear defendiendo lo nuestro.”

Prólogo de Somos Quispe

Por Danilo Sánchez Lihón
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Somos Quispe es una reflexión y un programa de acción que formula Ramón Noriega Torero desde el movimiento “Capulí, Vallejo y su Tierra” en el cual es él un legionario, un adalid y un personaje notable; hombre noble, ecuánime y dulce; organizador, liberador y hombre de luz, como las divinidades que él descubre, recrea y vivifica en esta obra, con la cual se abraza a su cultura, a su pueblo y al perfume de la  sangre de su gente, como a las cumbres y abismos de sus montañas tutelares.
  • Un grito de batalla
  • Somos luz
  • Somos arco iris
  • Somos hermanos
  • Pero Quispe es más: es luz cotidiana
  • Somos Quispe es proclama de identidad
  • Sentido de pertenencia y filiación
  • El Perú es tierra sagrada

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Un grito de batalla

Somos Quispe es un grito de batalla, una proclama, una exclamación de desafío y hasta de guerra. Es aseveración y principio de identidad. Es resarcir lo maltratado y menospreciado hasta ahora, negado por los demás y hasta por nosotros mismos. He allí el carácter reivindicador de este anuncio y de este edicto que iza una bandera que expresa que la recuperación ha llegado y la hace flamear defendiendo lo nuestro.

Porque hay todavía una expresión de desprecio entre nosotros, cuando insultamos y queremos ofender diciendo:

– ¡Oye! No seas Quispe o Huamán.

Alguien se preguntaba en qué momento se quebró el Perú. Podría responderse que fue cuando empezamos a insultarnos con lo mejor que éramos y porque tenía el estigma de lo indígena, porque Quispe significa luz, brillo y fulgor, como Huamán divinidad. Pero en Capulí Vallejo y su Tierra no es la interrogante anterior la que nos hacemos sino otra completamente opuesta, cual es: ¿"Qué hace al Perú indestructible y eterno?", que pese a todas las adversidades, iniquidades y maltratos mantenga lo mejor de sí mismo y sea tan resistente a la dominación, avasallamiento y saqueo.

De allí que somos Quispe es levantar por fin el rostro lleno de orgullo y sentirnos poderosos de lo que somos. Es autoafirmación y votar por nosotros mismos. Es igual a decir: "Yo mismo soy", expresión frecuente ahora en la boca de los jóvenes con lo cual señalan una filiación, una garantía y una prueba a cumplir. Es arrojar el cuerpo y el alma hacia adelante y decir "cuál es el problema". Es por sin hacernos cargo de nuestros asuntos, ponerse al frente de todo y creer en la victoria final.

Es filiación y compromiso con una cultura, la expresión de una pasión, una bandera que izamos, es un acto de profundo amor por lo nuestro. Es alarido de combatientes y guerreros, de los montados a caballo y de los otros a pie, armados de identidad y que marchan de frente hacia el futuro, haciendo que la tierra tiemble bajo sus pasos en esta toma de posesión, tan contundente, de lo que es nuestra identidad, de lo que es la patria real y también de la patria soñada.

Somos Quispe es lema para entrar al fragor de una contienda, de una guerra moral necesaria de librar por lo legítimo y verdadero del Perú, de un país que es verdad y desafío, realidad y promesa; país, como ningún otro, que es testimonio heroico, documento vivo y juramento por cumplir; en donde se libra una batalla decisiva, en lo anímico y moral, en el ámbito de la cultura, por todo lo que es definitivo en la suerte de las personas y las sociedades y frente a la historia que nos contempla actuar.

Somos luz

Quispe es luz, brillo y esplendor. Pero en realidad, es luz de luces. Pero, más referida a la inteligencia, a la nobleza del espíritu y a la sabiduría. Es decir, es la concentración del prisma: "munay", corazón; "yachay", razón; y "llancay", trabajo. Todo ello producto del esfuerzo compartido, del sacrificio de lo individual en bien de lo colectivo, con lo cual alcanzó a construirse un imperio de fábula como fue el Tahuantinsuyo.

Quispe entonces es tener luz propia, talento y fuerza mental. Referido a la juventud es cultivo de la inteligencia, de la personalidad y la forja constante de un destino luminoso.

Somos Quispe asumido así es un grito de júbilo y punto crucial al cual hemos llegado en la forja de recuperar el rumbo de nuestro destino, el mismo que lleva el designio de ser glorioso. Es expresión de sublevación desde el centro mismo de lo que somos. Es llegar a proclamar que nada es más grandioso y valedero que aquello que portamos, que nos pertenece y nos ofrece el presente y el futuro como posibilidad.

Y en el libro de Ramón Noriega es crisol de divinidades y creencias reunidas y convocadas para hacer saber que ha empezado la lucha y tenemos la iniciativa desde Capulí, Vallejo y su Tierra, y la victoria puesta en la fe de lo que es nuestro pueblo. Este es un libro diáspora, es nuestra cultura como totalidad y como particularidad. Si de alguna manera hay que definirlo Somos Quispe es el libro de Ramón Noriega referido a las identidades locales, individuales como también universales puestos en pie de guerra. Es la diáspora andina resurrecta que ahora se erige y expande.

Somos arco iris

Pero, a la vez, Quispe es lo que libera la luz. Al liberar la luz se expanden los colores que hacen un prisma, un halo y un arco de extraordinaria belleza. Quispe es el aleteo de la gracia sobre el universo y nuestras frentes. De allí que el símbolo de Quispe es el arco iris, porque allí se concentran todos los colores, arco que representa el mundo.

Es bello el arco iris, porque es varón y es mujer. ¿Y qué mejor símbolo de amor a lo sagrado, a la naturaleza y a la vida se podría elegir? ¿Qué mejor alusión a la fecundidad que el arco iris? Él surge desde la "madre tierra" pero hacia lo sublime. Contiene lo de abajo y lo de arriba: los colores de la tierra como, a su vez, al agua de los puquiales y el fuego del sol. De allí que hay el arco iris macho y al arco iris hembra, el connubio entre cielo y tierra, la tierra en su gesto de fecundación, que es Quispe porque en su fondo hay brillo y hay luz.

El arco iris es la bandera del Tahuantinsuyo que es síntesis de culturas, y que en verdad síntesis de síntesis. Organización la más acrisolada del planeta hasta nuestros días. Porque ¿cuál otra cultura del universo, grande o pequeña, en cualquier otro tiempo y espacio que se quiera rememorar, garantizó protección, alimento, trabajo solidario y aprecio para todos? ¿Qué cultura cimentó valores fundamentales y hasta la alegría sana e inocente por ser mancomunada o colectiva? Por eso, con orgullo decimos: Somos Quispe, esto es: brillantes, espléndidos, fúlgidos.

Las crónicas indican que después de 70 años los españoles seguían consumiendo el maíz almacenado en las chulpas de los Incas; por eso, Somos Quispe. Por dicha razón, cabe reafirmarnos que somos brillo, arco iris, fuego intacto, marinera, huaino y tondero con arpa, violín y guitarra.

Somos hermanos

Pero a su vez, el arco iris es símbolo de hermandad. Es arco que enlaza, que junta y unifica. Contiene el mundo ¡y es hermoso! Es un retazo de espléndida realidad pero a la vez de ilusión. Es el centro de la diversidad, lo diferente que armoniza, la diversidad dentro de la unidad. Aquí, para hablar de diversidad se cultivaban 2000 variedades de papa en los terrenos de altura; brotan 500 variedades de flores en los peñascos y sobre los abismos.

Pero, en versión propia podría parecer unilateral, entusiasta y parcial cualquier apreciación sobre el prodigio y la maravilla de nuestra cultura. He aquí un pasaje de los muchos y abundantes que apunta Jim Plunkett en el Boletín de la Asociación Nortemericano-Canadiense del Perú en su número de noviembre del año 2003:

"Perú tiene la más grande variedad de platos de comida en el mundo: 468 según el libro de Récord Guiness. Es peruano el olluco, hay más de 30 variedades, la quinua, el grano rico en proteínas con 25 variedades, el maíz con los grandes más grandes y suaves del mundo, hay más de 32 variedades conocidas. Es peruano el pisco, cebiche, chirimoya, guanábana, lúcuma, granadilla, alpaca, vicuña, caballo de paso...".
Pero, continúa Jim Plunkett en pasajes más extensos:

"Con más de 1,701 variedades diversas de aves, Perú es el país con la mayor variedad de aves en el mundo. Perú es el segundo país en el mundo en variedad de primates con 34 especies. Perú es el tercero en mamíferos con 361 especies. En reptiles con 297 especies. Es el quinto en anfibios, con 251 especies... 84 de las 103 zonas ecológicas que existen en el mundo están en Perú... En sólo un árbol en Madre de Dios, el shihuahuaco, los científicos –específicamente entomólogos- encontraron 5,000 especies de insectos, 80% de los cuales eran nuevos para la ciencia...

El primer catálogo genético de la flora peruana contiene más de 3,000 variedades, de las cuales  524 han sido clasificadas como comestibles; 401 como productoras de madera; 304 como tóxicos para la producción de insecticidas; 213 para fines medicinales; 110 para la preparación de colorantes y tintes; 100 para la elaboración de herramientas; 90 para fines ornamentales; 36 para la preparación de aceites y ceras y 35 para la preparación de bebidas...

En la región oriental de los Andes uno puede encontrar más de 3,000 variedades de diversas orquídeas de las cuales 2,000 han sido clasificadas a la fecha... 4 de los diez cereales que existen en el mundo son originarios del Perú. La quinua, el maíz, la cañihua y la kiwicha. La última ha sido considerada por la NASA como un importante elemento en la dieta de los astronautas...

A lo largo de la costa peruana viven 20 de las 67 especies de cetáceos menores, o especies parientes de las ballenas... El océano peruano ofrece 700 diferentes variedades de peces y 400 variedades de mariscos... Los lagos de Mejía en el departamento de Arequipa son el hábitat de miles de aves migratorias. Más de 150 especies arriban aquí durante el año. Más del 50% son residentes permanentes. El resto son visitantes regulares que emigran de los cuatro puntos cardinales del globo.

Arco iris es hermandad en medio de la diversidad. En tal contexto decir Somos Quispe es lo mismo a expresar: somos únicos, tierra que fructifica alimentos colectivos, agua que ríe y canta, montaña que se ilumina, viento que mece las espigas. Somos estas manos de barro, pero a la vez los puquios de agua transparente. Somos grito y somos arrullo.

Somos hermanos: somos hijos de la tierra, la mama pacha, que es sagrada, expresión de la reciprocidad: te doy, me das.

Somos mandamiento de apoyo colectivo: el ayni, que es mandato de solidaridad, de servicio y ayuda mutua. Es el dar y el recibir, porque al dar recibo. Esta es la fórmula de amor hecha práctica social; la fraternidad y el colectivismo como visión del mundo y la vida que es lo que más caracteriza al mundo andino.

Pero Quispe es más: es luz cotidiana

Pero, ¿por qué Somos Quispe? No solo porque más del 60% de los peruanos tienen como primer o segundo apellido Quispe, sino que Somos Quispe porque no hemos dejado que se apague el esplendor de nuestras cumbres tutelares ni dejen de espejear su luz bienhechora ni ayer, ni hoy ni mañana.

Sea al amanecer, al mediodía o al atardecer sigue viva, palpitante y llena de pujanza, detrás de cada zaguán se arropa nuestra cultura aparentemente pobre y mísera pero que es el bien más preciado que ahora debemos defender para verdaderamente ser ante al mundo.

Porque en Quispe se encierran todos los dioses, la cosmogonía íntegra e intacta. Porque pertenecemos a una cultura que es herencia y es legado mártir. Porque ha costado mucho que hasta ahora lleguen aunque mimetizados todos los valores que hicieron grande al Perú antiguo. 
Porque en el hombre cotidiano, peón, asalariado, ambulante en las calles, habita aquella luz primigenia.

Quispe es el Dios mendigo deambulando por las calles de nuestras ciudades estupefactas.

Ya María Rostworowski ha demostrado cómo en la festividad del Señor de los Milagros está implícito el culto a Pachacámac, la divinidad principal del panteón indígena, que se grafica incluso en el nombre con que lo identificamos a la imagen que cada octubre de todos los años es acompañada por multitudes llenando plazas y avenidas de Lima, y no solo eso sino que ahora sus procesiones congestiona el tránsito en las principales ciudades del mundo. ¿Quien es el Cristo de Pachacamilla? ¡Pachacámac!

Es que hemos escondido nuestros dioses en el fondo de los íconos que se nos impusieron. Pero es más: los ocultamos en nosotros mismos. Por eso, ¡que no se nos pierdan allí dentro! Porque allí están habitándonos los pumas, las pacarinas, las huacas, las divinidades de la tierra. Se han dormido un tanto, es cierto. Despertémoslos suavemente. No se nos vayan a ir al fondo del pozo o se nos esfumen.

Somos Quispe es proclama de identidad

Hemos escondido las huacas dentro de nuestros propios cuerpos, al Dios dentro de nosotros mismos; hemos subsumido a nuestros dioses, por eso andamos así, como si cargáramos un peso inmenso que nos colma por adentro y nos dobla las espaldas. Pero, además, al estar dentro de nosotros mismos nuestros dioses se han hecho cotidianos. Aquí están al frente o al lado nuestro. Catequil, un viejo de 100 años. Catari, un maestro ya jubilado, Moshep vigila atento la marcha de los niños, Checán, el amoroso, carga bultos en el mercado.

Porque la identidad no se recoge o resume en un cuerpo de ideas o de ejercicios teóricos. No se ofrece a la elucubración que terminarán desfigurando ese rostro de suyo tembloroso, asustadizo y conturbado. El problema de la identidad no es cuestión o asunto de carácter intelectual ni de abstracción que permita dilucidar esto o aquello como si fuera un capítulo o segmento de una disciplina, sino que es vida cotidiana y la utopía andina que hemos de restaurar está aquí, en estas calles.

La identidad no existe si no se la vive en un intercambio y en una tensión permanentes. Su materia es el conjunto de problemas, de realidades, de hechos y vivencias irrenunciables que están confundidas, con el acontecer diario e histórico; de los cuales hay que saber encontrar su raíz y su profunda razón de ser para proyectarlas renovadas hacia el porvenir.

Sentido de pertenencia y filiación

Qué pueblo para hermoso, conmovedor y grande es el nuestro, heredero de la cultura incaica, cual es el referente que investiga Ramón Noriega Torero y que plasma ahora en Somos Quispe. Cultura que incluso comparada con las culturas que habían en Europa, era la nuestra de punta. Mucho más avanzada, por su puesto, que todas las existentes hasta ese momento.

Se la ha tratado de medir con parámetros europeos para sostener que estaba en un grado de menor desarrollo y hasta en estado salvaje por su desconocimiento de la escritura y otros aparentes adelantos. Es cierto, no conocían ni la rueda, ni la pólvora ni la escritura. Pero es que no la necesitaban. ¿Cómo aplicar una rueda en un territorio accidentado? ¿Para qué la pólvora cuando era una cultura de paz? ¿Para qué la escritura cuando la oralidad que cultivaron era perfecta?

En cambio, si medimos el grado de desarrollo por su organización, los fines que pudieron concretar y las obras de ingeniería que aquí ejecutaron, por sus valores absolutamente no hay término de comparación y la cultura andina resulta hasta utópica. Porque en el mundo andino no había hambruna, pestes ni desocupación. No había desorganización. Eran sociedades en comunión con la naturaleza y consigo mismas. Y era el trabajo que compartían la verdadera alegría y la verdadera fiesta.

El Perú es tierra sagrada

El Perú es tierra sagrada. Cada una de sus montañas es un dios, sus ríos y sus árboles son pacarinas. En cada brizna de hierba hay sentimiento, delicada y fina sensibilidad como gigantesca y tormentosa fuerza.

Somos privilegiados por pertenecer a una cultura de tanta nobleza, magnanimidad y virtud. Tenemos la gracia de pertenecer a una civilización asombrosa, compuesta y sembrada de actitudes heroicas, de valores, de actos de coraje cotidianos, de fervor.

Una cultura andina que es valerosa, infinita y total. El Perú es un país diamante y cascada de agua. Mineral y retama. Realidad que ante el horror de los abismos ha creado una mujer dulce y amorosa como es la mujer del ande; siempre con el gesto de proteger, como una paloma primorosa, fuerte y poderosa ante la adversidad.

Con un país así ¿Cómo no comprometerse? ¿Cómo no tener razones para luchar, ser heroicos aquí y ahora? Ante una cultura tan honda y tan conmovedora, que ha injertado es su tronco a la cultura foránea, que la ha subsumido y sincretizado, que ha hecho una simbiosis, una amalgama pero en donde el centro es la cultura aborigen ancestral, ¿cómo no defenderla?

Y ese es el grito de guerra de Somos Quispe de Ramón Noriega Torero.

Frente al balcón moro sobresale el picacho arisco, frente al caballo árabe retoza la vicuña grácil, frente al arcabuz explosivo opusimos la chaquitaklla que se hunde para fecundar la tierra, frente al toro europeo el cóndor de vuelo majestuoso y visión infinita.
 
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