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Nombre Oficial de los Años Peruanos

La denominación de los años es fijada por la Presidencia del Consejo de Ministros en los primeros días del año
Esta denominación muchas veces obedece a los principios de la política del Gobierno, que hay que incentivar, motivar o impulsar.
La denominación del Año es escogida de todas las propuestas que hacen los Ministerios y deberá ser aprobada por Decreto Supremo y publicada en el diario oficial El Peruano.
Durante el año se consignará dicha frase en los documentos oficiales, también es requisito para la documentación que gestionan las personas naturales y jurídicas, sean de tipo administrativo, judicial y registral, entre otras.
Los poderes públicos, las entidades del Gobierno Central Gobiernos regionales y Gobiernos Locales deberán consignar dicho título como membrete en todos los documentos oficiales.
La denominación del Año se ampara en la Constitución, artículo 118. Inciso 24.
Anteriormente está denominación la hacía el Ministerio de Educación, Según un cronista, el hábito de ponerle nombre a los “años”, se habría iniciado el 7 de diciembre de 1962, cuando el Ministerio de Educación Pública dictó el Decreto Supremo 067 estableciendo que el nonato 1963 sería el Año de la Alfabetización. En la disposición se precisaba que se entendía como analfabeta no solo a la persona sin dominio de la lectura y la escritura, sino también a la que carecía de mínimos conocimientos sobre alimentación, higiene, salud, civismo, habilidades para el trabajo y la recreación, etcétera.
En realidad en el decreto se esbozaba todo un plan de actividades (crear una comisión especial, publicar una enciclopedia popular, formar capacitadores) a cumplir durante los siguientes doce meses.
Hay varios puntos a considerar en el tema de los nombres de cada año. Uno es que varias veces se han repetido los temas (austeridad, educación, turismo), los personajes (Santa Rosa de Lima) y los motivos (sesquicentenarios, natalicios).
Otro aspecto es que no hay una regla clara ni pasos específicos que se hayan seguido a lo largo de casi cuatro décadas para denominar los años. Es así como después del decreto supremo para estrenar la práctica se pasó al consenso legislativo, de tal suerte que fuera a través de leyes como se produjeran los bautizos.
Fue el caso de 1964, Año de la Enseñanza Gratuita, que tuvo su origen en un proyecto conjunto del diputado y reconocido escritor Ciro Alegría Bazán (Acción Popular), el senador David Aguilar Cornejo (Unión Nacional Odriista) y el diputado Miguel López Cano (Apra). Su propuesta pasó por la Comisión de Redacción del Parlamento, se aprobó en ambas cámaras y se promulgó el 3 de marzo de ese mismo año.
Durante el Gobierno militar del general Juan Velasco, los nombres pasaron a ser dictados a través de decretos leyes, primero, y resoluciones supremas, después. Con el retorno de la democracia, volvieron las leyes, con excepción de 1988 en que Alan García prefirió usar la vía de un decreto supremo para el Año de la Regionalización.
Hay dos años en que no hubo nominación y fueron los años 1969 y 1998 , pero también se nominó el año con fechas de atraso, un año la medida fue dictada un 07 de abril de 1970 y fue el Año de los Precursores de la Independencia del Perú, y otro año se dictó el 25 de marzo de 1997 y fue el Año de la Reforestación, pero también se nominó con anticipación y fue en 1971 Año del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, conocido desde el 16 de setiembre de 1969 por el Decreto Ley 17815; e igualmente con la Ley 23675, que nominaba el año 1985 Año del Centenario del Sacrificio de Daniel Alcides Carrión.
Tampoco están definidos los alcances de cada norma. Al comienzo, solo se hacía referencia a que todas las entidades del Estado precederán sus comunicaciones con la inscripción Año de.... Más tarde la imposición se extendía a los textos y los cuadernos escolares y las comunicaciones comerciales, con el añadido de que el nombre debía ir en la parte alta y al centro. Posteriormente se hablaba de la documentación oficial del Gobierno Central y los gobiernos locales, así como las publicaciones destinadas a la comunicación social. Hoy, la referencia única es a todos los documentos oficiales.(Fuente: Biblioteca CID, MTC)
Nombre Oficial de los Años Peruanos
Año
Denominación
2011
Año del Centenario de Machu Picchu
2010
Año de la Consolidación Económica y Social del Perú
2009
Año de la Unión Nacional Frente a la Crisis Externa
2008
Año de las Cumbres Mundiales en el Perú
2007
Año del Deber Ciudadano
2006
Año de la Consolidación Democrática
2005
Año de la Infraestructura para la Integración
2004
Año del Estado de Derecho y de la Gobernabilidad Democrática
2003
Año de los derechos de la Persona con Discapacidad y del Centenario del Nacimiento de Jorge Basadre Grohmann
2002
Año de la Verdad y la Reconciliación Nacional
2001
Año de la Conmemoración de los 450 Años de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
2000
Año de la Lucha contra la Violencia Familiar
1999
Año de la Actividad Turística Interna
1998
[ Sin Nombre ]
1997
Año de la Reforestación: Cien Millones de árboles
1996
Año de los seiscientos mil Turistas
1995
Año de las Inversiones Productivas
1994
Año de la Modernización Educativa y del Deporte
1993
Año de la Modernización Educativa
1992
Año de César Vallejo y del Encuentro de Dos Mundos
1991
Año de la Austeridad y la Planificación Familiar
1990
Año del Centenario del fallecimiento del Sabio Antonio Raimondi
1989
Año del Cuatrocientos Cincuenta Aniversario del Nacimiento del Inca Garcilaso de la Vega
1988
Año de la Regionalización
1987
Año del Bicentenario del Nacimiento de Don José Faustino Sánchez Carrión
1986
Año del Cuatricentenario del Nacimiento de Santa Rosa de Lima
1985
Año del Centenario del Sacrificio de Daniel Alcides Carrión
1984
Año del Bicentenario del Nacimiento del Libertador Simón Bolívar
1983
Año del Bicentenario del Nacimiento del Libertador Simón Bolívar
1982
Año de los Derechos del Minusválido
1981
Año del Bicentenario de la Rebelión Emancipadora de Túpac Amaru y de Micaela Bastidas
1980
Año de los Deberes Ciudadanos
1979
Año de Nuestros Héroes de la Guerra del Pacifico
1978
Año de la Austeridad
1977
Año de la Unión Nacional
1976
Año de la Producción
1975
Año de la Mujer Peruana
1974
Año del Sesquicentenario de Las Batallas de Junín y Ayacucho y de la Convocatoria al Congreso de Panamá
1973
Año de las 200 Millas del Mar Territorial
1972
Año de los Censos Nacionales
1971
Año del Sesquicentenario de la Independencia del Perú
1970
Año de los Precursores de la Independencia
1969
[ Sin Nombre ]
1964
Año de la Enseñanza Gratuita
1963
Años de la Alfabetización

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Decadencia de los partidos políticos nacionales


Las elecciones municipales y regionales del año pasado no solo pasarán a la historia por la demora de los organismos electorales en dar los resultados finales en la ciudad capitalina, sino, por la confirmación de la tendencia que venía dándose hace varios años atrás respecto a la cada vez menor presencia de los partidos políticos nacionales en los espacios locales y regionales del país. En efecto, a pesar que los analistas políticos han resaltado la derrota electoral del partido de gobierno, es cierto también que ningún partido nacional se salva de verse afectado por estos resultados. Esto no es algo que nos alegre, por el contrario, porque afecta no solo a nuestro casi inexistente sistema de partidos, sino, a la gobernabilidad en los espacios locales y a la construcción de representaciones que expresen intereses agregados y no individuales, universales y no particulares. Para redondear lo expuesto, veamos lo siguiente.
            El sistema de partidos políticos es importante para un país como el nuestro, más aún que nos encontramos en un proceso de crecimiento económico y se requiere de fuerzas políticas que expresen intereses colectivos, que pueden negociar e integrarse en el Estado como demandas estructuradas de sectores sociales. Eso le permite al país avanzar en la gobernabilidad en el sentido que las representaciones políticas pueden expresarse y lograr acuerdos para que los diversos sectores sociales no se sientan marginados o excluidos.
            De otro lado, los resultados de las elecciones pasadas nos expresan una tendencia que se refleja en las elecciones venideras – a pesar de la relativa autonomía de los dos procesos electorales – donde tenemos una explosión de candidaturas presidenciales, sino, a la vez de listas confeccionadas con el criterio de la participación en ellas de los que mejor aportaron a la candidatura, claro ejemplo de ello es el Partido Solidaridad Nacional. Eso es muy peligroso, pero lo que es más grave es que por el lado de los partidos políticos que se conciben como nacionales no exista una autocrítica clara al respecto a cómo no son capaces de sintonizar con la población, sobre todo en las regiones, que su comportamiento sigue alejando al ciudadano común y corriente de participar como ciudadano activo y como militante de una representación política.
            Las lecciones de estas elecciones pasadas nos indican que las que tienen que cambiar son las organizaciones nacionales que intentan representar a individuos y colectivos que tienen que esforzarse no solo de recoger las demandas de la población que cada vez son más segregadas y complejas, sino, a la vez constituirse como organización que garantice que los que participan desarrollen carreras al interior y que el ciudadano los perciba como expresión de una representación real ósea a quiénes se les puede delegar su representación.
Artículo publicado en el: Diario Los Andes
 
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